Ciao Bella Italia arrivederci

El viaje a Milán y Venecia fue de lo más pasado por agua, el tiempo era igualito a Santander, menos mal que mi padre iba de lo más convencido ya que no le hace gracia que llueva cuando viaja.

En Milán hay montones y montones de tiendas chulis, como dice mi madre de las de mírame y no me toques, un teatro llamado Gran Scala con muchos balcones de princesas para ver la opera, una catedral enorme de nombre Doumo a la que puedas subir al tejado, mi abuelo se volvió loco a poner velas para todos, la galeria Víctor Manuel II con tiendas de mucho lujo, un castillo inmenso, etc.. aunque lo que más nos gusto a Daniela y a mí fue viajar en unos tranvías de madera muy antiguos que recorren toda la ciudad.

Venecia sigue igual que en verano, aún no se ha hundido y se puede pasear mejor ya que hay menos gente y no hacía tanto calor.

Los abuelos se lo pasaron genial, el yayo Santos se cansaba de andar y no hacía más que decir a papá que quería tomar un vermút, la abuela Blanca la encantó todo lo que vio en especial Venecia.

Daniela y yo lo pasamos bien, ella mejor que yo ya que iba en silla y se pasaba el día diciendo a la gente "Ciao Bambino" yo por mi parte diré una vez más "Ciao Bellla Italia arrivederci".